Hoy he vivido una grata experiencia de posicionamiento de marca en la tienda Hollister ubicada en un centro comercial en Barcelona (España). Hollister es una marca que tiene un claro posicionamiento de marca basado en ropa de estilo americano, inspirada en el sur de California, orientada al público joven de ambos sexos, guapo y sexy, que le gusta vestir a la última y con ropa de calidad.

La empresa comunica el posicionamiento de la marca a través de los empleados, todos ellos son guapos y guapas, atractivos y atractivas, jóvenes, con un tono desenfadado y continuamente mezclados con los clientes. A la salida de la tienda, una atractiva chica, con aire del sur de California te da las gracias con «Thanks for coming» y «Gracias por haber venido».

Después de la visita, he explicado a mi hijos que la visita me había gustado mucho, habíamos vivido una experiencia de posicionamiento de marca claro, es decir, al entrar en la tienda, durante el recorrido interior y a la salida, los empleados nos habían transmitido, mediante el lenguaje verbal y corporal (muy importante en esta firma), lo que Hollister es.

Lo que ha sucedido después de mi explicación es lo que realmente ha valido la pena, una de mis hijas nos ha comentado que no le había gustado nada el como le habían hecho «sentir». Nos ha comentado que estar rodeado de tanto empleado atractivo, de tanta imagen de «guapos» y que se despidan de ti con una sonrisa y dando las gracias en inglés y castellano, lo encontraba fatal y que esto es una exclusión casi sectaria de los potenciales clientes que «no cumplen» con los parámetros Hollister.

Mi reflexión ha sido la siguiente: «esto que nos acabas de expresar vale miles de euros y la directora o director de marketing de Hollister te hará un monumento si lo oye, ya que las empresas invierten miles de euros para comunicar su posicionamiento al público objetivo, y muchas no lo consiguen. El hecho de que no te guste significa que no eres público objetivo de Hollister, …y no pasa nada!!!»

La marca es un instrumento clave para dar valor añadido en las empresas.
Una marca fuerte con un posicionamiento claro y conciso permite crear y mantener una valiosa ventaja competitiva en entornos competitivos y globalizados. Dada la gran cantidad de competidores existentes las empresas deben moverse en los extremos para diferenciarse y no morir.<a

Ante esta situación la marca debe comunicar su valor clave para diferenciarse de la competencia y posicionarse en el mercado. Esta estrategia significa aceptar que hay personas que les va a gustar el posicionamiento y a otras que no, y desde el punto de vista de la marca, nos informa de a que público han elegido para que «lleve» su marca y a que publico NO quieren.

Desde mi punto de vista, Hollister lo tiene muy claro, si cumples con sus requisitos, eres «hombre y/o mujer Hollister» y este es el tipo de cliente que quieren.

Definir bien el posicionamiento, marca el futuro y los valores de la empresa.

Hollister ha conseguido lo que muchas empresas se pasan años buscando, un posicionamiento bien definido, tanto seguidores como detractores lo reconocen, gustará o no gustará, pero no te deja a medias. Cuando estás dentro de sus tiendas reconoces lo que transmite la marca.