
Mucha gente comienza a practicar Mindfulness con el propósito de reducir el estrés pero esta reducción del stress tiene una evidencia científica fruto de los cambios que se producen en el cerebro. Se han publicado muchos estudios donde se ha demostrado esta evidencia científica de los cambios que produce la práctica regular de Mindfulness en el cerebro. En este post os presento algunos de ellos.
1-Mindfulness incrementa la materia gris del cerebro
Un estudio del equipo de Eileen Luder de la UCLA (University of California Los Angeles), demostró que las personas que han mantenido una práctica de Mindfulness larga en el tiempo tenían un mayor volumen de materia gris distribuido a lo largo de todo el cerebro.
En el estudio se comparó un grupo de 100 meditadores con un grupo control (no meditadores) con edades entre 24 y 77 años.
Aunque los meditadores más viejos tenían un menor volumen de la materia gris al compararlos con los meditadores más jóvenes, esta reducción era menor que en sus contrapartes de la misma edad que no practicaban meditación (grupo control).
Es decir, quienes no meditaban habían tenido una mayor reducción de su materia gris al compararlos con los meditadores.
La importancia radica en que la materia gris es la capa cuya actividad hace posible todos los procesos cognitivos superiores (atención, memoria, lenguaje, etc..).
2-La Meditación Reduce la Actividad en los Centros de Auto-Referencia del Cerebro (las zonas yo, mí, mío).
La práctica regular de la meditación disminuye la actividad de los pensamientos centrados en las narrativas del yo (el incesante desfilar de preocupaciones, planes y soñar despierto que ocurre cuando no estamos enfocando la atención en nada en particular) y nos permiten vivir el momento, el aquí y el ahora. Muchas tradiciones filosóficas y contemplativas enseñan que «vivir en el momento» aumenta la felicidad. Sin embargo, el modo predeterminado de los seres humanos, el Default Mode Network (DMN) o Red Neuronal por Defecto, parece ser el vagabundear de la mente, que se correlaciona con la infelicidad, con los pensamientos negativos repetitivos y con la activación en una serie de estructuras de la zona media del cerebro que se activan cuando estamos soñando despiertos y nuestra mente simplemente salta de un pensamiento a otro. Un estudio demostró que la práctica de Mindfulness redujo la actividad de éstas áreas que se activan por defecto, la Default Mode Network (DMN) o Red Neuronal por Defecto.
3-Los Efectos de la Meditación Son Comparables a los Efectos de los Fármacos Para la Ansiedad y la Depresión
En un estudio reciente realizado en Johns Hopkins por el doctor Madhav Goyal demostró que la práctica de Mindfulness puede ser, al menos, tan efectiva como los medicamentos para la depresión y la ansiedad.
4-La Meditación Genera Cambios de Volumen en Áreas Clave del Cerebro
El 2011, el equipo de Sara Lazar en Harvard, mostró que la práctica de Mindfulness cambia la estructura del cerebro.
Después del curso MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) de 8 semanas de duración, se observó:
Es decir, los cambios que se podían demostrar científicamente también eran corroborados de forma subjetiva por los participantes del estudio.
5-Mejora la Concentración y la Atención
Un nuevo estudio realizado en la Universidad de California, mostró que solo 2 semanas de práctica mejoraron la atención y la memoria de los participantes.
Estos resultados eran esperados ya que justamente una de las prácticas básicas de Mindfulness) implican el dirigir la atención voluntariamente hacia un foco determinado (por ejemplo una actividad, sensación corporal, la respiración o a una imagen mental).
Esta mejora de la concentración revierte en una mejor toma de decisiones, en una mejora en la creatividad, en la innovación y en el liderazgo
6-La Meditación Reduce la Ansiedad
Uno de los programas más populares y difundidos es el programa de reducción de estrés basado en Mindfulness (MBSR, Mindfulness-Based Stress Reduction) desarrollado por Jon Kabat-Zinn a fines de los años 70.
Un estudios recientes han mostrado que un tipo de práctica del MBSR (ciertos ejercicios dirigidos a la observación imparcial de la propia experiencia, incluyendo la actividad mental y las emociones) se asocia a una reducción de la ansiedad.
Y esto parece ser el resultado de cambios en la actividad de regiones cerebrales asociadas con los pensamientos de auto-referencia (los pensamientos sobre “mí”, “yo”, “mío”).
En el estudio se observó que las personas que tenían una mayor actividad del DMN tenían también mayores niveles de ansiedad, lo que puede ser explicado como una menor habilidad de desenganchar la atención de los pensamientos centrados en el “yo”.
El alivio de la ansiedad relacionado con la meditación se asoció con la activación de la corteza cingulada anterior, la corteza prefrontal ventromedial y la ínsula anterior. Durante la meditación, aquellos que exhibieron mayor actividad relacionada con el defecto (es decir, corteza cingulada posterior) informaron mayor ansiedad, reflejando una incapacidad para controlar los pensamientos auto-referenciales. Estos hallazgos proporcionan evidencia de que la meditación consciente atenúa la ansiedad a través de mecanismos involucrados en la regulación de los procesos de pensamiento autorreferencial.
En un estudio realizado en la Universidad de Stanford se encontró una disminución de las emociones negativas y los síntomas de la ansiedad social, en combinación con una mayor respuesta de la corteza parietal -relacionada con la atención- al realizar la practica regular de Mindfulness.
Si bien algunos siguen pensando que Mindfulness es una moda y que su práctica a nivel global crece pero no es mayoritaria, si se pone de manifiesto que su práctica regular produce cambios en el cerebro que son perceptibles por la propia persona y por su entorno. Esta evidencia abre las puertas a que más personas se animen a la práctica de Mindfulness y entre todos podamos seguir construyendo una sociedad mejor, una familia mejor, una empresa mejor y ser mejores personas.
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